Se entiende por Carboxiterapia al empleo, en forma terapéutica, del anhídrido carbónico (CO2) suministrado en el tejido adiposo, por vía subcutánea.
El CO2, es un gas que se produce normalmente en el organismo como producto del metabolismo celular.
Cuando se infiltra el CO2 en los tejidos, se pone en marcha una serie de mecanismos, explicados por el efecto Bohr, que al final del proceso se logra aumentar el aporte de oxígeno y nutrientes en el tejido y la remoción de toxinas y desechos del mismo, en términos simples, el tejido (piel o grasa), queda más limpio, oxigenado, nutrido y con una mejora significativa de la circulación periférica y la síntesis de proteínas estructurales de la matrix extracelular, como colágeno, elastina, proteínas hidrofílicas, que aumentan la hidratación tisular, devolviendo la vitalidad de los tejidos.
Aparte del efecto señalado antes, también la inyección de CO2 induce un efecto de lipoclasia y lipolisis (ruptura de adipocitos y grasas).
A partir de lo que se ha descrito mas arriba y entendiendo las causas que llevan a las diferentes condiciones patológicas, podemos deducir que las indicaciones de la carboxiterapia son:
El número de sesiones, es variable, según la condición del paciente y su capacidad de respuesta, sin embargo, el número de sesiones varía entre 6 y 20, con una frecuencia de 2 a 3 veces por semana.
Las contraindicaciones son:
El procedimiento en sí no está exento de complicaciones, siendo el dolor y las equimosis lo más frecuente pero no grave.
Las complicaciones más serias, pero muy raras, son las infecciones locales.